Por José Antonio Naciff Roldán
Finos trazos de arquitectura colonial, gastronomía, cultura y arte reproducen parte del cuadro popular del paisaje hidalguense, que como muestra de su desarrollo económico, social, industrial, agrícola, de salud, educativo y deportivo se aprecian en la Feria San Francisco Pachuca, como un recinto de diversión y esparcimiento familiar.
Juegos mecánicos, exposición ganadera, teatro del pueblo con artistas de talla nacional, espectáculo sobre hielo, teatro y exposición comercial complementan la pintura que se asienta al sur de la ciudad.
Ahí el visitante se divierte a precio popular –explica la Directora de la Operadora de Eventos, Oralia Vega Ortiz- en recorrido por el recinto ferial, que alberga también su área de comida.
Recuerda que por 40 pesos adulto y 20 pesos por niño se pueden disfrutar distintos juegos mecánicos, el teatro del pueblo y la función de patinaje en hielo, además de las funciones teatrales con la representación de un Hidalgo en Hidalgo, que se realizan en escenario en el lienzo charro.
El mosaico estatal también se refleja en el torneo de gallos que se realiza en el palenque de la feria, donde diariamente alternan espectáculos con artistas de primera calidad; al igual que las corridas de toros programadas a celebrarse en la Vicente Segura.
Para comodidad de las familias hidalguenses y de otras entidades federativas que acuden al punto de unión familiar, resaltó que hay transporte de pasajeros y todos los servicios que se requieran, pues la capital hidalguense cuenta con suficiente infraestructura.
Y destacó la seguridad con que pueden acudir las familias procedentes de otros puntos, gracias a dispositivos de seguridad implementados en coordinación de diversas instancias.
Por vez primera en esta ocasión el recinto alberga un sitio especial que se llama Tuzolandia:
Es como un zafari lúdico en miniatura donde los niños tocan, juegan y se divierten mientras interactúan. Las reproducciones a escala de los arcos de la Plaza Juárez y de las fachadas principales del Teatro Bartolomé de Medina y de la Casa Rule, son puntuales.
Hay la reproducción de un DIF y una estación de Cruz Roja en pequeño. También la de un consultorio médico con todo y estetoscopios, camas de exploración y abatelenguas. Y qué decir de las exposiciones equinas.
Ahí se reproducen y se exhiben el folclor y el amor por la tierra hidalguense convertidos en bailes populares, representaciones artísticas y danzas; y su producto en colores, sabores, texturas, sonidos y aromas de que se impregnan sus dulces, cocina tradicional, bordados, aceites para cuidado de piel y shampo para el cabello, obtenidos de sus plantas.
Ahí se concentran también la tradicional barbacoa con salsa de chinicuil ¿se le antoja? Pan de fiesta y gorditas de nata y para el frío le ofrecen una cobija donde “se acuestan dos y amanecen cuatro: Usted, su mujer, el perro y el gato”, concluye activo payaso que acompañó el recorrido por el principal escaparate promocional que tiene Hidalgo.
