Reciben maestros hidalguenses galardón de manos del presidente Peña Nieto.

Pachuca, Hgo.- El maestro es aquel que trabaja con pasión, que no se cansa de aprender para enseñar cada vez mejor.  En este concepto coinciden tres dignos representantes del magisterio hidalguense, cuya vocación de servicio y trayectoria docente de más de 30 años fue reconocida recientemente con el galardón Ignacio Manuel Altamirano por el alto desempeño en Carrera Magisterial 2014, recibido de manos del presidente de la república, Enrique Peña Nieto.

Se trata de Guadalupe Leticia Pimentel Ballesteros, maestra en el Jardín de Niños Hontoria de Pachuca; María Eréndira Eloísa Chávez, que cumple una doble jornada en la escuela primaria Justo Sierra, turno matutino y escuela Rafael Ramírez, turno vespertino, ambas de Tulancingo. Así como el maestro Salvador Miranda Vázquez, docente de la secundaria técnica número 4 de Nopala de Villagrán, en donde enseña las asignaturas de historia universal, historia de México y geografía.

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Los tres maestros hoy tienen algo que añadir a su currículum, especialmente la maestra Guadalupe Leticia Pimentel Ballesteros, quien como sus compañeros asistió a la residencia oficial de Los Pinos para estar presente en la ceremonia encabezada por el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, con quien incluso compartió la misma mesa.

Con humildad, la maestra de tercer grado de preescolar señala que el reconocimiento Ignacio Manuel Altamirano que por trayectoria laboral recientemente le entregó la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo (SEPH), lo asume como un regalo de sus alumnas y alumnos, más que de los resultados de una evaluación.

Por ello se siente privilegiada al realizar un trabajo que le ha regalado grandes satisfacciones, la última estar sentada junto al primer mandatario del país.

Por su parte, la maestra Eloísa Chávez, recuerda sus largas jornadas educativas en escuelas rurales en donde había que caminar mucho y dormir poco para estar frente al grupo. En esos planteles señala, el maestro goza de un gran reconocimiento.

En contraparte lamenta que hoy las niñas y niños son atendidos en casa por los abuelitos, lo que compromete más al maestro a promover mayor cercanía con el alumno.

Para contrarrestar la pérdida de valores, señala, el maestro debe estar más y mejor preparado, y debe tener creatividad, alegría y orden para disfrutar su trabajo y dejar huella en sus alumnos.

Para el maestro Salvador Miranda Vázquez, la base del progreso o atraso de cualquier país está en la educación. México, asegura, espera más de nosotros, por lo que hizo una invitación a sus compañeros maestros a darse cuenta de que sus manos forman el futuro de México.

Leer mucho, prepararse, planear las estrategias para lograr los aprendizajes esperados, egresar estudiantes competentes, son compromisos ineludibles del maestro, subraya.

Al hacer una analogía con el arquitecto, señala que si éste se equivoca se cae su construcción, pero si el maestro se equivoca se destruye una vida.

Con esa actitud, los ganadores del reconocimiento Ignacio Manuel Altamirano regresan a sus escuelas con sus alumnas y alumnos, y con un renovado ánimo por trascender en la vida de quienes forman en las aulas.

 

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